El sangrado de las encías es una señal de advertencia que nos indica que algo no va bien. Si las encías sangran es, probablemente, por una inflamación de los tejidos blandos que rodean los dientes (gingivitis) o del periodonto (periodontitis). En el peor de los casos, el resultado será la pérdida del diente.
Las encías cuando están sanas no sangran, son de color rosa y no duelen al cepillarlas. Sin embargo, cuando las encías están enfermas tiene un color más oscuro, se ven engrosadas y pueden incluso supurar.
La mala higiene bucal suele ser la responsable de la inflamación y del sangrado de las encías. Al no cepillarse los dientes se forma la placa bacteriana. Esta placa está formada por bacterias que excretan endotoxinas que alteran nuestro sistema inmunológico, provocando la inflamación y la retracción de las encías. Además de una mala higiene, hay otros factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad periodontal como son el tabaquismo, la diabetes y el embarazo entre otros.
El tratamiento dependerá del tipo de problema periodontal que presente el paciente. Una gingivitis, que es leve, se suele resolver con una limpieza y el seguimiento de las instrucciones de higiene oral. En cambio, si la enfermedad periodontal está avanzada, se debe hacer un diagnóstico más efectivo y seguir todo el protocolo específico para cada caso.
En nuestras clínicas contamos con los últimos avances tecnológicos que nos facilitan la resolución de los problemas periodontales. El tac 3D nos da una visión general de los tejidos óseos y sus lesiones. La Sonda Florida es imprescindible en el diagnóstico y posterior seguimiento de la evolución del tratamiento. La desinfección con el láser permite eliminar eficazmente el epitelio infectado sin producir los efectos necróticos del calor y reducir las molestias postoperatorias como la hinchazón o el dolor.
Dra. Susana Santeiro
Número colegiada 639