La primera revisión dental de los niños se debe realizar cuando la dentadura de leche «esté completa», es decir, «alrededor de los tres años y, tras este primer control, si no se detectan problemas, las revisiones deberían pautarse cada 6-12 meses»
La confianza entre el especialista y el niño es uno de los factores «más importantes a tener en cuenta» debe haber una relación de confianza entre el odontólogo y el niño, pues «es el profesional que sabe cómo manejar la conducta del niño para que la relación sea siempre positiva».
Los padres no deberían pasar al área del sillón odontológico ya que, de este modo, el especialista podrá establecer una relación directa con el niño.
En este sentido, es importante que los padres no expresen frente al niño sus propios temores, y es recomendable que el niño acompañe al adulto a sus revisiones dentales para que aprenda con su ejemplo.
En caso de que el niño presente un buen comportamiento es bueno recompensarle para reforzarlo en visitas sucesivas. Pero, en caso contrario, no se debe castigar, ya que relacionará el castigo con la visita dental.
